Cómo funcionan los fondos indexados
Funcionan replicando pasivamente el comportamiento de un índice bursátil o de mercado. Su meta no es sobrepasar el rendimiento del índice al que siguen, sino igualarlo. Si el índice sigue a determinados activos en determinados porcentajes, el fondo va a hacer lo mismo. Esto te ahorra la necesidad de estar activamente siguiendo los activos para determinar en qué invertir, sino que automáticamente sigues el comportamiento de un determinado índice. Cada vez que el índice cambia su composición, el fondo ajusta su cartera para replicar los cambios. Esto se denomina reajuste del fondo. Esto sucede gracias al reequilibrio automático, mediante el cual, cada vez que una empresa entra o sale del índice o varía sus ponderaciones, el fondo indexado ajusta automáticamente su cartera.
Como inversionista, compras participaciones en un fondo, y el dinero que se recauda, se destina a comprar una parte de cada activo del índice que el fondo sigue. La idea es que, a largo plazo, muchos índices de mercado tienden a subir, lo que proporciona rentabilidad.

Ventajas de los fondos indexados
Los fondos indexados tienen comisiones más bajas si los comparas con fondos que se gestionan de forma activa. Además, los costos operativos son más baratos, al prescindir de gestores que seleccionen acciones o bonos.
La diversificación en los fondos indexados es automática, porque la naturaleza de los índices ya es diversa, al estar compuesta por muchas empresas y activos. Esto reduce el riesgo al no ser dependiente del éxito de una sola empresa o sector.
Como inversionista, siempre sabrás en dónde estás poniendo tu dinero, ya que las empresas y los activos que están detrás de los índices son de conocimiento público.
Contrario a lo que fue demostrado con respecto a los fondos activos, los fondos indexados resultan rentables a largo plazo, con la ventaja de no tener que asumir riesgos o gastos que sí tienen lugar en los fondos activos.
Como las decisiones en este tipo de fondos no dependen de gestores y solo siguen pasivamente un índice, esquivarás errores humanos como pueden ser una mala selección de acciones o una malinterpretación de la dirección del mercado.
Invertir en este tipo de fondos es una forma simple de tener participación en el marcado. No necesitas tener conocimientos avanzados y complejos, ni seguir la economía o las empresas en las que inviertes. Además, se puede comenzar invirtiendo montos pequeños y después ir aumentando paulatinamente la exposición a mercados financieros.
Los fondos indexados se reacomodan de forma automática para mimetizarse con el índice al que siguen sin necesidad de ajustes manuales. Esto quiere decir que, cuando una empresa entra o sale del índice, o cuando un activo cambia de valor, no es necesaria ninguna actividad por parte del inversionista.
En muchos países estos fondos se ven aventajados frente a los que son gestionados activamente. Como hay menos operaciones de compra y venta, generan menos ganancias de capital gravables a corto plazo, reduciendo la carga fiscal.
Desventajas de los fondos indexados
Como el objetivo es asimilarse al rendimiento del índice, y no ir por encima de este, aquellos que buscan conseguir ganancias que superen el promedio del mercado, no lo lograrán.
No está permitido para el inversionista ajustar la cartera para moldearse a las condiciones del mercado, a diferencia de los fondos activos, donde los gestores observan los movimientos del mercado y hacen ajustes para incrementar los beneficios.
Como el fondo replica la composición total del índice, también puede haber empresas que estén en declive.
Los momentos de mercados alcistas fuertes son fabulosos para fondos gestionados activamente y que se desempeñan bien: pueden superar al índice en general y producir beneficios. El fondo indexado queda atrás en términos de rendimiento en estos casos porque no se pueden aprovechas las oportunidades, ya que siguen de manera pasiva el índice.
No todos los índices son iguales, es decir, algunos pueden estar mal diseñados o no ser suficientemente representativos del mercado. Cuando el fondo se asimila a un índice que no representa bien el desempeño del mercado, o que se concentra en demasía en ciertos sectores, existe el riesgo de concentración, limitando el rendimiento.
Cuando suceden cambios importantes en el mercado, los índices no lo reflejan con rapidez, por lo que los fondos indexados, por consecuencia, reaccionan lento ante ellos. En momentos de crisis o caídas bruscas, los fondos que se gestionan activamente, tienen las herramientas para reaccionar con rapidez y mitigar las pérdidas, mientras que los fondos indexados están obligados a mantener sus posiciones.
Como no se puede ajustar la estrategia para mitigar riesgos, en momentos de crisis o incertidumbre económica, los inversionistas en fondos indexados están forzados a seguir el índice.